— Daniel Radcliffe habla sobre Alan Strang, el problemático joven que interpreta en Equus, la obra de teatro de Peter Shaffer que se está presentando en Broadway.
"Lo que es estupendo sobre Alan es que uno no le prestaría atención si lo ve caminando por la calle", dice Radcliffe. "Pasa desapercibido. Es como Alec Guinness en todas esas películas en las que se vuelve invisible apenas se mezcla con la multitud".
Invisible no es una palabra que uno usaría para describir a Radcliffe, que a los 19 años probablemente es uno de los jóvenes actores más reconocidos en el mundo, gracias a cierto niño mago creado por J.K. Rowling.
Incluso vestido informalmente con vaqueros, chaqueta de cuero negra, camiseta gris y la sombra de una barba (que no ayuda en nada para hacerlo parecer más grande que sus casi dos décadas), Radcliffe atrae miradas mientras atraviesa con gran seguridad la recepción de un edificio de oficinas.
Unos pisos más arriba, en un estudio de televisión, habla sobre la personalidad de Strang, el papel que funciona como eje en la obra de Shaffer, que cuenta la historia de por qué este joven deja ciegos a todos los caballos de un establo. Las palabras surgen fácilmente, jóvenes en el entusiasmo y sorprendentemente adultas en la percepción.
"Alan no es brillante académicamente, pero tiene un intelecto sorprendente", continúa Radcliffe, y agrega que si bien el chico "puede ser considerado algo simple y tranquilo… tiene una imaginación increíble".
Equus fue un gran éxito en Broadway en 1974, con Peter Firth en el papel de Radcliffe y Anthony Hopkins representando al psiquiatra que intenta develar su secreto. El papel de Hopkins es representado ahora por Richard Griffiths, que coprotagonizó con Radcliffe la producción en Londres en 2007 de Equus, y que interpreta al desagradable Tío Vernon en las espectacularmente exitosas películas de Harry Potter.
Griffiths y Radcliffe demuestran mutua admiración.
El actor de más edad, ganador de un premio Tony por The History Boys, asegura acerca de Radcliffe: "Estoy muy contento con él. Se encuentra justo en esa terrible etapa en la que pasa de ser un niño actor a ya no ser un niño".
Y Radcliffe devuelve el halago: "Trabajar con Richard sobre el escenario y de una manera mucho más íntima que Vernon en las películas de Potter es increíble. Su intelecto es impresionante. Pero ... no es arrogante con el conocimiento que tiene. Lo comparte y quiere hablar sobre eso. Es realmente un placer trabajar a su lado. En mi opinión, hubiera sido realmente muy tonto rechazar el papel".
Pero existe otro motivo por el que ahora prueba suerte en el teatro.
"El escenario realmente pone a prueba los nervios (más que las películas) y demuestra de lo que se está hecho", explica Radcliffe. "Sería muy fácil hacer cosas sencillas. En realidad, eso no me interesa mucho. Incluso si me equivoco, es bueno saber cuáles son mis límites. Es bueno tener una idea de lo que uno puede hacer y lo que no".
"Cada actor tiene sus límites. Es como probar dónde están esos límites. Afortunadamente, todavía no los he encontrado. Supongo que lo que aprendí es que soy capaz de lograr más de lo que creía", asegura riendo.
En Londres, Radcliffe fue elogiado por los críticos y el público por su actuación, que incluye un breve desnudo, una escena que sin dudas vendió algunos boletos a curiosos admiradores de Harry Potter.
"Es lo que tiene hacerlo por primera vez", dice. "Todos se preguntaban si podría... lograrlo. No sabía si podría hacerlo, pero realmente quería hacerlo… Y además voy a mejorar esta vez".
Para Radcliffe, el entrenamiento comenzó con la voz. Durante los últimos tres años, trabajó con Barbara Houseman, una reconocida profesora de voz en Inglaterra.
"Hay muchos actores que piensan que uno puede simplemente subirse al escenario y hacerlo, pero no es así", dice. "Es necesario proyectar. Uno puede ofrecer la actuación más sorprendente en el escenario, pero si la audiencia no puede oírte, entonces no sirve de nada".
Houseman está en Nueva York para los preestrenos de la obra, mientras Radcliffe se prepara para la noche del estreno en el Teatro Broadhurst el 25 de septiembre.
"Me siento mucho más seguro con respecto a que mi voz ahora se escuche. En Londres, eso era algo que me preocupaba. Ahora tengo más posibilidades… de jugar con las palabras y agregarles más color, una especie de musicalidad, de probar y darle a cada palabra su identidad propia, supongo".
"Quizás estoy más relajado en esta oportunidad. Creo que es simplemente el hecho de que crecí en el año y medio desde que lo hice por última vez", dice. "La otra noche me equivoqué en una línea, lo que para mí es como una daga porque no me gusta hacerlo".
Equus es una obra emotiva y perturbadora, un misterio que va aumentando hasta un clímax sorprendente. ¿Cómo se relaja Radcliffe después de toda esa intensidad?
"Voy a casa y miro The History Channel, que es lo que he hecho las últimas noches", dice Radcliffe riendo. Eso después de atravesar la muchedumbre que espera a la salida del teatro Broadhurst para pedirle un autógrafo o la oportunidad de tomarle una fotografía con el teléfono celular. Es un grupo que Radcliffe tiene muy en cuenta.
"Tengan un gran respeto por su público, porque algunas de esas personas ven 50 obras de teatro al año", asegura. Radcliffe aconseja a quienes como él llegan por primera vez a Broadway esta temporada que rindan homenaje a esos poseedores de entradas. ¿Cuál es su consejo?
"En el saludo final, sonrían", dice. "Realmente no me gusta cuando estoy sentado en el teatro, mirando actores en una estupenda obra y salen y no sonríen cuando saludan al final. Pienso: ‘Son lo suficientemente afortunados como para estar en una obra realmente estupenda, así que ahora demuestren que aprecian estar ahí. Disfrútenlo’. Estamos haciendo Equus y sonreímos. Si uno puede sonreír al final de Equus, cualquiera debería poder hacerlo".
A pesar de su nueva personalidad teatral, Radcliffe nunca se alejará demasiado de donde alcanzó la fama, las películas de Potter basadas en los siete libros de Rowling.
La versión en película del libro número seis, Harry Potter y el misterio del príncipe ya está lista y se presentará en julio de 2009. La filmación del último libro de Potter, Harry Potter y las reliquias de la muerte, comenzará después de que Radcliffe termine de presentar Equus en febrero.
"Estoy seguro de que estaré hecho polvo, pero me encanta filmar las películas de Potter", asegura. "No puedo esperar para volver a hacerlo".
Las reliquias de la muerte se presentarán en dos películas, una en noviembre de 2010 y la última en el verano de 2011. Se espera que la producción lleve aproximadamente 14 meses. Después de eso, es posible que haya más trabajo en el escenario.
"No tengo ni idea de dónde estaré en 10 años", dice Radcliffe. "Espero que todavía esté actuando. Si todavía estoy actuando y continúo disfrutándolo, estaré feliz. Estoy casi seguro de que será así".